La Achillea millefolium, en su variedad de flores blancas, es una planta herbácea perenne apreciada por su resistencia y su capacidad para atraer polinizadores. Sus inflorescencias en forma de umbelas, compuestas por pequeñas flores blancas, crean un efecto delicado y natural en el jardín, contrastando con su característico follaje finamente dividido y de tono verde claro.
Alcanza una altura de 50 a 80 cm y es ideal para borduras, jardines de bajo mantenimiento y paisajes de inspiración silvestre. Prefiere pleno sol, tolera la sequía y crece bien en suelos bien drenados. Su resistencia le permite soportar heladas de hasta -30°C (USDA 3-9), convirtiéndola en una excelente opción para climas fríos. Su época de floración se extiende desde fines de primavera hasta el otoño, brindando color y textura al jardín durante varios meses.
Se recomienda sembrarla en almácigos durante el otoño o a fines del invierno, utilizando un sustrato suelto y bien drenado. Las semillas germinan en 10 a 20 días y, cuando las plántulas alcanzan 5 cm de altura, pueden trasplantarse al jardín, dejando una distancia de 30 cm entre plantas para asegurar su correcto desarrollo.
PODER GERMINATIVO: 60%
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La Achillea millefolium, en su variedad de flores blancas, es una planta herbácea perenne apreciada por su resistencia y su capacidad para atraer polinizadores. Sus inflorescencias en forma de umbelas, compuestas por pequeñas flores blancas, crean un efecto delicado y natural en el jardín, contrastando con su característico follaje finamente dividido y de tono verde claro.
Alcanza una altura de 50 a 80 cm y es ideal para borduras, jardines de bajo mantenimiento y paisajes de inspiración silvestre. Prefiere pleno sol, tolera la sequía y crece bien en suelos bien drenados. Su resistencia le permite soportar heladas de hasta -30°C (USDA 3-9), convirtiéndola en una excelente opción para climas fríos. Su época de floración se extiende desde fines de primavera hasta el otoño, brindando color y textura al jardín durante varios meses.
Se recomienda sembrarla en almácigos durante el otoño o a fines del invierno, utilizando un sustrato suelto y bien drenado. Las semillas germinan en 10 a 20 días y, cuando las plántulas alcanzan 5 cm de altura, pueden trasplantarse al jardín, dejando una distancia de 30 cm entre plantas para asegurar su correcto desarrollo.
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