La Muhlenbergia capillaris, conocida como pasto rosa, es una gramínea perenne que se distingue por su espectacular floración en tonos rosados y violáceos, formando una nube etérea que transforma el paisaje en otoño. Su follaje verde fino y elegante resalta aún más cuando las brisas mecen sus inflorescencias sedosas, agregando movimiento y textura a jardines y borduras.
Esta especie alcanza una altura de 60 a 90 cm, con una extensión similar, y es extremadamente resistente, tolerando heladas de hasta -20°C (USDA 6-10). Prefiere pleno sol y suelos bien drenados, siendo ideal para diseños de bajo mantenimiento debido a su tolerancia a la sequía.
La siembra de Muhlenbergia capillaris se realiza en almácigos en primavera. Las semillas deben distribuirse sobre un sustrato ligero y apenas cubrirse con una fina capa de tierra. Mantener la humedad hasta la germinación, que suele ocurrir en 15 a 30 días. Una vez que las plántulas tengan al menos 10 cm de altura, trasplantarlas dejando 40 cm de distancia entre plantas, permitiendo que desarrollen su forma natural.
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La Muhlenbergia capillaris, conocida como pasto rosa, es una gramínea perenne que se distingue por su espectacular floración en tonos rosados y violáceos, formando una nube etérea que transforma el paisaje en otoño. Su follaje verde fino y elegante resalta aún más cuando las brisas mecen sus inflorescencias sedosas, agregando movimiento y textura a jardines y borduras.
Esta especie alcanza una altura de 60 a 90 cm, con una extensión similar, y es extremadamente resistente, tolerando heladas de hasta -20°C (USDA 6-10). Prefiere pleno sol y suelos bien drenados, siendo ideal para diseños de bajo mantenimiento debido a su tolerancia a la sequía.
La siembra de Muhlenbergia capillaris se realiza en almácigos en primavera. Las semillas deben distribuirse sobre un sustrato ligero y apenas cubrirse con una fina capa de tierra. Mantener la humedad hasta la germinación, que suele ocurrir en 15 a 30 días. Una vez que las plántulas tengan al menos 10 cm de altura, trasplantarlas dejando 40 cm de distancia entre plantas, permitiendo que desarrollen su forma natural.